Mientras los europeos tienen a la eficiencia energética como una prioridad, desde hace muchos años, en Argentina nadie la tiene en cuenta y no recuerdo que ninguno de los personajes mediáticos nacionales de la energía la haya nombrado nunca. Ni si quiera a Pino Solanas, a quien considero el más cercano a la realidad en materia de energía, lo he escuchado nombrarla.
Una ilusión que
anestesió a un país
Mientras uno escucha frases pronunciadas en distintos lugares del mundo,
como “La mejor energía es aquella que no se gasta”, aquí están todos
esperanzados en que “el tesoro” que tenemos enterrado en Vaca Muerta nos
resolverá la cuestión de la energía y no necesitaremos dejar de malgastarla.
No hay programa de televisión donde el economista entrevistado no nos deje
una frase sobre el brillante futuro que tenemos debido al tesoro enterrado en
Vaca Muerta, donde “solo hay que invertir” para desenterrarlo y ser felices
para siempre. El “tesoro enterrado” es un recurso
por el momento y no una reserva, lo
que quiere decir que todavía no se sabe si va a ser económicamente rentable su
explotación, o dicho de otra forma, no sabemos si el EROEI o la TRE , va a ser mayor, igual o
menor que 1. Es decir que no sabemos si para sacar el tesoro necesitaremos
gastar otro tesoro de menor, igual o mayor valor.
Un sufrimiento
que podría haberse evitado
Durante el pasado verano, los cortes de energía eléctrica constituyeron un
problema realmente grave en Argentina, habiendo alcanzado un máximo en Buenos Aires,
donde la dependencia de la electricidad es la mayor del país, debido a que
viven todos amontonados en edificios que compiten en altura y concentración de
habitantes por m2. Haber racionalizado el consumo podría haber paliado el
drama, pero eso no estuvo en la agenda de nadie. El gobierno echando la culpa a
las empresas concesionarias, la oposición al gobierno, las empresas
concesionarias desconcertadas y los usuarios cortando las calles. Todos
hablando de falta de inversiones, que aunque seguramente sea cierto, el único
camino, una vez iniciada la crísis, era bajar el consumo, lo que no solo no se
hizo, sino que tampoco fue propuesto. La soberbia y la ignorancia se aliaron y
el resultado fue terrible.
El aumento de
las Tarifas del Gas
Ahora que las tarifas del gas han sido ajustadas de una manera gradual
entre abril y agosto de 2014, premiando con mayor gradualismo a quien consuma
menos, tengo esperanza de que se logre tomar conciencia de que la eficiencia
energética existe, de que es practicable y que nos permitirá reducir las
importaciones de gas. Aunque esas esperanzas son moderadas, ya que la mayoría
de la gente conoce pocas técnicas para reducir su consumo. En general la idea
es que quien quiera ahorrar gas deberá pasar frío, pero nadie habla, por ejemplo,
de evitar la fuga de calor por sus puertas y ventanas. Nadie le hizo ver a la
población en general que se puede ahorrar gas haciendo más eficiente el uso del
mismo, sin bajar el confort.
Otro de los problemas del aumento de las tarifas del gas, es que es tan
engorroso su cálculo, y tan confusa la información periodística sobre el tema,
que muchos van a tener que esperar a que las facturas los sorprendan cuando
lleguen, para saber de cuanto fue el aumento.
Información
periodística con errores de concepto, no ayudan para nada
A los medios casi siempre se les escapa algún error al abordar temas
energéticos. Es muy común que al kilovatio
hora lo llamen kilovatio, o que
en lugar de KWh, escriban KW/h, lo que constituyen errores
groseros, que demuestran que quien escribió la nota no sabe de que habla. Estos
errores contribuyen a desinformar a un lector que, en la mayoría de los casos,
utiliza ese medio de comunicación para entender “algo” del tema, porque no es
especialista y se encuentra con estos errores que lo dejan más desorientado de
lo que estaba.
Vea el siguiente ejemplo, publicado por el Diario La Voz del Interior de Córdoba, el
de mayor tirada en la provincia e integrado por periodistas que tienen un alto
concepto de si mismos y una gran dosis
de soberbia e ignorancia:
“LAVOZ.COM.AR
CIUDADANOS 13/04/2014 00:01
En Tío Pujio cambiaron todo el
alumbrado público. De noche se ve mucho más y bajó el consumo 58 por ciento.
Las nuevas luces reducen el impacto ambiental y atraen menos insectos.
Con 1.342 luces colocadas se hizo una comparación
entre el consumo de las equivalentes de sodio. A un promedio de 10 horas
diarias de funcionamiento durante un año, las viejas lámparas requerían 1.082.809 kW, mientras que las nuevas
luminarias consumían 447.887 kW.”
O sea que la potencia requerida por ese pueblo, de
4.500 habitantes, solo para alumbrar
sus calles, sería 448 MW, lo que
equivale a la potencia instalada de la Central hidroeléctrica de Futaleufú. Pero eso
los llena de orgullo y felicidad, porque antes necesitaban 1.083MW, lo que representaba la potencia instalada de El Chocón.
A esta absurda conclusión llegamos leyendo lo que
ese Diario publicó. Es probable que se trate de kilovatios hora, en lugar de kilovatios,
aunque después de leer eso a uno no le quedan ganas de analizarlo, ni de seguir
leyendo, porque todo lo que diga ya no es confiable.
La gente común se informa por los Diarios, las
Emisoras de Radio y TV y si esas fuentes contienen errores, es dificil que se
informen bien.
Con el aumento del Gas, no olvidemos
a las otras formas de energía que consumimos
De
los combustibles líquidos y de la electricidad que consumimos hay una buena
parte que es importada. No se gasta la misma nafta, ni el mismo gasoil,
manejando los vehículos de manera racional y amigable, que haciéndolo de manera
brusca, compitiendo permanentemente con los demás conductores, acelerando
innecesariamente para aumentar nuestra velocidad, cuando tenemos a la vista un
semáforo en rojo, que sabemos que nos obligará a frenar y detenernos. Cuando
consumimos electricidad estamos también consumiendo gas, ya que gran parte de
nuestras usinas funcionan con gas.Y ese gas que gastamos cuando consumimos
electricidad, es mayor en términos energéticos que el que quemamos en los
quemadores de nuestras cocinas, calefones y calefactores, ya que tuvo que
alimentar las pérdidas de la generación eléctrica, de los transformadores y de
las líneas de alta, media y baja tensión, para recién recibirlo en las
acometidas de nuestras viviendas. Me pareció curiosa la idea de un periodista
de TV que, cuando anunciaba el aumento del gas, recomendaba usar los equipos de
aire acondicionado frío - calor para calefaccionar las viviendas y así ahorrar
gas.
¿Para aumentar la eficiencia
energética de nuestras viviendas tenemos que invertir?
El
aumento de la eficiencia energética se logra por medio de dos acciones: 1)
Aumentando la eficiencia de nuestros artefactos, modificando los edificos para
que sean más eficientes, modificando el mecanismo de los procesos, etc, lo que
normalmente requiere de inversiones considerables y 2º) Usando de manera
racional e inteligente la energía, lo que puede implicar un cambio de métodos y
conductas y que no requiere de inversiones importantes.
Lo
ideal es usar ambas formas simultaneamente, pero no siempre podemos salir
corriendo a cambiar una heladera de eficiencia B por una A, o cambiar nuestras
puertas y ventanas por otras más herméticas, con doble vidrio, porque no
disponemos del dinero para hacerlo, pero si podemos realizar una serie de
acciones que no necesitan inversión y que nos ayudarán a bajar los KWh del
consumo del bimestre.
Cuando
mejoramos la eficiencia de nuestros artefactos y no hacemos un uso racional de
ellos, la factura suele sorprendernos, como les ocurrió a muchos cuando
cambiaron las lámparas incandescentes por las de bajo consumo, o LFC. Resulta
que como antes de cambiar una lámpara que consumía 60W, cuidaban que no estuviera
encendida innecesariamente y cuando la reemplazaron por una de 15W, ya no
importaba cuidar, total esta “no gasta nada”, la dejaban encendida día y noche
y terminaba gastando más que la incandescente.
Sin mayores inversiones se pueden lograr mejoras importantes de la
eficiencia energética, como mejorar el cierre de puertas y ventanas, planchar
mucha ropa en lugar de una prenda hoy y otra mañana, perdiendo cada vez el
calor de la plancha, bañarse uno a continuación del otro y no con dos o tres
horas de diferencia para no perder el calor usado en calentar la cañería; utilizar el horno de micro-ondas sólo para recalentar la comida y no para
cocinar; lavar con el lavarropas lleno y no usarlo para lavar una camisa
solamente; lo mismo con el lavavajilla, completando su capacidad; apagar todos
los pilotos de los calefactores y calefones cuando no se usan; desconectando
totalmente los artefactos eléctricos como televisores, hornos de micro-ondas,
etc, no dejándolos en standby; apagar las computadoras cuando estaremos
más de ½ hora sin usarlas; usar los termos para almacenar agua caliente y
calentar la cantidad de líquidos que realmente vamos a usar, sobre todo en
invierno, cuando la energía necesaria para llevar el agua de 1ºC a 100ºC , será mucho mayor que
en verano, cuando la deberemos llevar de 30º a 100º; setear la temperatura del
aire acondicionado en verano en el mayor valor posible, siempre arriba de 25ºC .
¿Si yo puedo pagar, tengo derecho a
setear el aire acondicionado en la temperatura que se me de la gana?
No,
por varias razones: 1º) El hecho de que
Ud y muchos como Ud, haga innecesariamente que su aire acondicionado le permitan
tener menos de 25ºC
en verano puede ser causa de un apagón y las consecuencias son conocidas; 2º)
Bajar innecesariamente el set point de su aire acondicionado en verano; usar
más gas que el estrictamente necesario; hacer picadas con su vehículo, etc,
ayudará a que su país deba importar más energía y eso lo perjudica a Ud y a
todo el resto de las personas que, como Ud, viven en su país. 3º) Desperdiciar
la energía afecta a todos los habitantes del planeta, porque la energía es un
bien escaso y malgastarla perjudica a todo el mundo. En síntesis: aunque no se
los digan quienes deberían decírselo, porque utilizan su tiempo frente a un
micrófono para hablar estupideces, Ud no tiene derecho a consumir más energía
que la necesaria, por más que su dinero se lo permita. No haga caso a esa diva de la
TV que el verano pasado dijo que eso de no gastar energía
para que la consuma otro no era una solución razonable.
Hasta en EEUU se promueve la Eficiencia Energética
Creo
que EEUU debe ser el país donde más se derrochó la energía en el pasado. Sus
automóviles gigantes, con 8 cilindros en V y con 6 cilindros en línea, su uso y
abuso de la energía ineficientemente utilizada, en todas las formas posibles,
eran un mal ejemplo que todos los pobres del mundo teníamos como meta. Hoy en
día y desde hace varios años, las cosas han cambiado rotundamente. En cualquier
curso sobre energía que uno haga en una universidad de EEUU, la eficiencia
energética es una materia prioritaria. Hay pensadores influyentes como Amory Lovins,
que además de reconocer que han sido ineficientes y proponer urgentes cambios de paradigama, con
conceptos como el del negavatio, nos
hacen ver por medio de conferencias inteligentemente pensadas, la realidad
presentada irónicamente de una manera muy gráfica como esta, al referirse al
flujo de energía en un automóvil:
Flujo
de energía en un automóvil
|
Todo se politiza, o se le buscan
intenciones ocultas
Hace
un tiempo calculé en base a los datos oficiales sobre energía, que si cada
usuario doméstico de energía eléctrica de la Argentina ahorrara un
10% de su consumo, era equivalente a lo que producían las Centrales Nucleares
Atucha I y Embalse juntas y lo escribí y publiqué. Los comentarios que recibí
estaban todos referidos a que si yo me oponía a la energía nuclear. Yo confieso
que me opongo, pero nunca la había dicho hasta ahora y mucho menos en aquella
nota lo había dicho o asociado con esa opinión. Era una forma de hacer ver que
lo que se podría ahorrar era mucho, mediante la comparación con algo grande.
Tenemos que instruir a la gente
Tenemos
que enseñarle a nuestra gente todo lo que podamos para que puedan ahorrar
energía, pero si en la explicación les decimos que ahorrando energía eléctrica
van a ahorrar kilovatios, grande será
su decepción cuando les llegue su factura de electricidad y la prestataria les cobre por los kilovatios hora que
consumieron.
Muy buena nota, estoy completamente de acuerdo. El problema energético se soluciona por ambos frentes, aumentando la producción y reduciendo las pérdidas (aumentando la eficiencia). Hace falta una campaña muy intensa para concientizar a la sociedad, y a los dirigentes, de que esta última es la vía más redituable. Saludos
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