Radiografía térmica de la calle Alcalá de Madrid desde Cibeles. | E. M. |
- La termografía emplea cámaras de calor para calcular lo que gastan de más
- La etiqueta energética será obligatoria a partir del 1 de junio
Juanjo Bueno | Madrid
Actualizado jueves 09/05/2013
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Bajo la lupa de eficiencia energética, casi todos los edificios son imperfectos. O no aguantan bien el invierno y pierden el calor que producen o no son capaces de mantenerse frescos en verano.
Las edificaciones históricas que flanquean la Gran Vía o el tramo histórico de la calle de Alcalá pierden, por ejemplo, hasta un 30% de energía por la cubierta y otro 25% por el deficiente aislamiento de las puertas, balcones y ventanas de sus fachadas.
Hasta hace pocos meses, tal precisión a la hora de medir el aislamiento térmico de los edificios era difícil de obtener y, hasta cierto punto, conocer los detalles podía resultar innecesario y hasta incómodo. Pero ahora el derroche energético tiene precio. "A partir del 1 de junio, con la entrada en vigor del Real Decreto de certificación de edificios, vamos a poder conocer cuánta energía demanda nuestro edificio y también cuánta se pierde", explica Marta Húmera, responsable de proyectos de la Fundación La Casa que Ahorra, dedicada a la sensibilización ante la eficiencia energética en la edificación.
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